1 Autoobservación. Para poder intervenir sobre una conducta, lo primero que debe saber hacer el sujeto es detectarla, darse cuenta de su ocurrencia. Así en un primer momento habrá que enseñar al paciente a operativizar sus problemas, para posteriormente obtener datos acerca de las características topográficas y las relaciones funcionales de los mismos.
2 Establecimiento se
objetivos. El
paciente habrá de decidir qué nivel de control quiere alcanzar sobre la
respuesta conflictiva.
3 Entrenamiento en
técnicas concretas y establecimiento de criterios de ejecución.
En esta fase, en función de los objetivos establecidos y de los datos obtenidos
por medio de la autoobservación, se deciden las técnicas concretas de
autocontrol en las que se entrenará al cliente. Se establecen las reglas de conducta que guiarán todo el
entrenamiento, es decir, qué se compromete a hacer el cliente y en qué momentos
concretos.
4 Aplicación de las
técnicas en contexto real.
Una vez el entrenamiento se ha llevado a cabo en la consulta, el siguiente paso
es lapuesta en práctica de lo aprendido en su vida diaria. Los pasos que el
sujeto ha de seguir al enfrentarse a una situación real son los siguientes:
-
Autoobservación. Identificación de la situación problemática.
-
Aplicación de la técnica adecuada a los requerimientos de la situación.
-
Autoevaluación. Comparación de la ejecución en esta situación con los criterios
conductuales que previamente se habían establecido.
-
Autorrefuerzo o autocastigo en función de la adecuación de la conducta a los
criterios de ejecución.
-
Autocorrección. En caso de que la conducta no haya alcanzado los criterios
establecidos habrá que identificar si el problema ha estado en la
autoobservación, en la aplicación de la técnica o en la autoevaluación.
5 Revisión de las
aplicaciones con el terapeuta.
Una vez que el sujeto empieza a afrontar situaciones reales, la tarea en las
sesiones con el terapeuta consistirá en revisar las aplicaciones concretas
realizadas, analizando las dificultades y problemas surgidos para su solución.
El
objetivo de los programas de autocontrol no es la eliminación del problema
puntual; lo que se busca es que el sujeto internalice unas técnicas y una
metodología de manejo de situaciones que le permita el abordaje de otros
aspectos problemáticos que pudiesen surgir en su vida. Se trata de que al final
el sujeto se haya convertido en su
propio terapeuta; únicamente cuando el individuo sea capaz de utilizar las
técnicas aprendidas por sí mismo, sin la instigación del terapeuta, podemos
hablar de autocontrol.
Técnicas de Auto-control /Auto-kontrol teknikak
Se dividen en dos grandes grupos:
técnicas de control estimular y técnicas de programación conductual. En las
primeras la intervención se realiza antes de que la conducta tenga lugar,
manipulando los estímulos discriminativos que la controlan. En el segundo
grupo, la intervención se realiza a posteriori, manipulando las consecuencias
de la respuesta una vez ésta ha tenido lugar.
No debemos olvidar la necesidda de
motivar al sujeto para el cambio, haciéndolo parecer como positivo y accesible
a sus posibilidades, mediante la estructuración del proceso de entrenamiento y
la clarificación de metas.
Entre las técnicas encaminadas a
obtener estos objetivosm a continuación expondremos las tres más
representativas:
Autoobservación:
Es imprescindible que el sujeto aprenda a
detectar su conducta problemática antes de intentar modificarla. Para ello la
primera tarea del terapeuta será hacer ver al cliente la importancia de obtener
un registro preciso acerca de sus conductas problema y enseñarle a
operativizarlas, sustituyendo las definiciones vagas y generales por
expresiones claras y concretas susceptibles de observación y cuantificación.
Una vez definidos qué tipo de sucesos
debe observar el sujeto, se decide el método mediante el que llevará a cabo el
registro de sus respuestas. Los métodos usados en la autoobservación de las
características de la respuesta en la que estemos interesados y de la naturaleza
de la misma.
Hay que tener en cuneta que la
autoobservación está sujeta a un proceso de aprendizaje, y que ha de progresar
cualitativa y cuantitativamente a lo largo de la aplicación del programa de
autocontrol.
Aunque la autoobservación se ha
utilizado ampliamente como método terapéutico, sus efectos no son duraderos
(Kazdin, 1974; Mahoney, 1977), por lo que es necesario siempre completar la
terapia con otras técnicas de intervención.
Otro aspecto de notable relevancia,
en términos de la aplicación del programa de autocontrol es el feedback que
proporciona al sujeto la autoevaluación. Esto le permite poner en marcha
mecanismos evaluativos, comparando su ejecución con los criterios que el sujeto
considera como adecuados.El proceso de autoobservación puede ser en sí mismo
reforzante o servir como castigo moderado.
En resumen, la autoobservación, como
primer paso del entrenamiento en autocontrol, tendría un doble objetivo: por
una parte, motivar al cliente, al implicarle activamente en el programa y percibir
los efectos positivos que la técnica tiene sobre su conducta, y por otra,
posibilitar que el sujeto aprenda a detectar qué condiciones propician su
conducta problema.
Contratos conductuales:
Los contratos conductuales
constituyen también un instrumento adecuado a utilizar en un programa de
autocontrol. Sirven para formalizar el programa de intervención de tal manera
que el sujeto sepa qué ha de hacer en cada momento y qué contingencias ha de
autoadministrarse. En otros casos, pueden servir de complemento al programa al
facilitar controles externos, del terapeuta o de terceras personas relacionadas
con el sujeto.
Programación de tareas
intercesiones:
Tiene como fin, por una parte,
fomentar la participación del individuo, haciendo que se integre de manera
activa en el programa de cambio y vaya asumiendo que va a ser él, en último
término, el único artífice de las modificaciones que tengan lugar; por otra,
ofrece al sujeto la posibilidad de ensayar todo lo aprendido con el terapeuta,
y darse cuenta de las dificultades que encuentra en su puesta en marcha, para
su posterior discusión en la conculta. Las tareas intercesiones son, a su vez,
una manera de obtener información acerca de otras posibles áreas conflictivas
en la vida del sujeto.
La asignación de tareas concretas
para realizar en el intervalo intercesiones se ha venido utilizando como
técnica terapéutica desde hace tiempo. Sin embargo, es en los programas de
autocontrol donde alcanza un papel central, al ser el medio por el que el
cliente asume su responsabilidad ene l cambio.
Los ejercicios asignados deben estar,
adaptados a las posibilidades del individuo. En un primer momento deben ser
sencillos y restringidos en su ámbito de aplicación, permitiendo el logro
rápido de objetivos, de tal manera que el sujeto vea probable el cambio y,
perciba que es su acción sobre el medio la responsable del cambio que está
teniendo lugar.
El compromiso en el programa de
autocontrol será así cada vez más firme, aumentando la percepción de control
sobre el problema y permitiendo que el sujeto afronte con éxito los sucesivos
retos que surgirán en la terapia.
Técnicas de control estimular / Kontrola estimulatzeko teknikak
Estas ténicas van encaminadas a
planificar el medio social y físico en el que se desenvuelve el sujeto,
modificando ciertos aspectos que llevarán a alterar la probabilidad de la
respuesta controlada. Se trata de ejercer el control sobre aquellos estímulos
que están determinando la aparición de dicha respuesta, interviniendo antes de
que ésta tenga lugar.
El control estimular aplicaría alguna
de las siguientes estrategias:
- Restricción
física. Esta estrategia iría encaminada a prevenir una respuesta.
- Eliminación
de estímulos. Se trata de hacer desaparecer los estímulos discriminativos
elicitadores de conductas conflictivas que deseamos eliminar.
- Cambiar
los estímulos discriminativos. El objetivo de esta estrategia es que las
conductas objeto de control queden solamente bajo la influencia de determinados
estímulos discriminativos, es decir, se trataría de restringir el número de
estímulos elicitadores de una respuesta.
- Cambiar
el medio social. Introducir alguna persona en el contexto en el que se da la
conducta, para que su presencia impida la realización de la respuesta problema.
- Modificar
el medio interno del sujeto de tal manera que se reduzca la probabilidad de
ciertas respuestas.
Estas ténicas por sí solas no producen cambios estables y duraderos, sino que es además necesario entrenar al sujeto en conductas y estrategias alternativas que sustituyan los comportamientos problemáticos.
La primera fase del autocontrol según
el esquema de Kanfer, es decir, el llamado autocontrol decisional. Una vez en
la segunda etapa de autocontrol, el llamado autocontrol demorado.
Técnicas de programación conductual / Jokabidearen programaziorako teknikak
La intervención se realiza una vez la
conducta se ha llevado a cabo. Con estas estrategias se manipulan y planifican
las consecuencias de la respuesta a controlar.
Autorreforzamiento:
Hablamos de autorreforzamiento cuando
es el propio individuo quien aplica, exclusiva y contingentemente, las
consecuencias reforzantes a una conducta. Los requisitos que debe cumplir el
autorreforzamiento son, por una parte, que el sujeto emita la conducta
libremente sin ser obligado a realizarla por agentes externos, y por otra, que
la entrega contingente del refuerzo sea autoadministrada.
Dentro del marco del entrenamiento en
autocontrol, tan importante y conveniente como la autoadministración del
refuerzo, resulta el proceso de determinar qué criterios conductuales y qué
cantidad de refuerzose obtendrá por la conducta realizada. Terapeuta y cliente
deciden a priori, durante el diseño del programa de autorreforzamiento, qué es
lo que tendrá que hacer el sujeto, y qué cantidad de refuerzo se proporcionará
a cambio.
Las condiciones específicas del
autorreforzamiento pueden hacer sin embargo que el individuo se vuelva poco a
poco más indulgente, relaje los criterios y se administre los refuerzos sin
haber alcanzado el nivel de ejecución establecido. Por tanto, en este caso
habrá que insistir más en la necesidad de cumplir el programa sistemáticamente
en beneficio del propio sujeto.
Autocastigo:
El autocastigo consiste en la
autoadministración de consecuencias aversivas contingentemente a la realización
de la conducta a eliminar. Sin embargo, al igual que en el autorreforzamiento,
el sujeto decidirá previamente con el terapeuta qué conducta será objeto de
castigo, bajo qué condiciones se producirá éste, así como el tipo y la cantidad
de castigo que se administrará. De la misma manera, los procedimientos utilizados
en el autocastigo son los mismos que cuando el castigo es heteroadministrado:
físico o simbólico o retirada de estímulos positivos.
A pesar de que el autocastigo suele
ser una conducta ampliamente utilizada en el repertorio del cliente, ésta tiene
poca utilidad en la eliminación de la respuesta objetivo. Y ellos debido bien a
la falta de sistematicidad en la autoadministración, o bien al hecho de que el
sujeto interprete el castigo como un método para poder realizar la conducta
castigada. Es decir, el autocastigo permite que el individuo (pague) por el
comportamiento inadecuado, convirtiéndose de esta manera en la forma de
realizar la conducta sin sentimientos de culpabilidad.
El autocastigo debe ser la técnica a
utilizar como último recurso, y siempre en combinación con otras ténicas como
el autorreforzamiento, el control estimular y sobre todo el entrenamiento en
habilidades alternatiovas incompatiobles con la conducta a eliminar.
Métodos encubiertos:
Los métodos encubiertos se
caracterizan por utilizar la imaginación del sujeto para la representación de
estímulos, respuestas y consecuencias, tanto reforzantes como aversivas.
Salvando esta característica, las técnicas encubiertas son esencialmente
iguales a los métodos no encubiertos.
Condición indispensable para el uso
de este tipo de estrategias es que el sujeto que va a ser entrenado tenga un
nivel suficiente de capacidad imaginativa, debe ser capaz de imaginar
vividamente la situación. Si esto no es así, se procederá previamente a realizar
un entrenamiento en imaginación, o por el contrario nos decantaremos hacia
métodos no encubiertos.
-Sensibilización
encubierta. Consiste en que el individuo se imagine a sí mismo realizando la
conducta cuya frecuencia pretende reducir y, de manera contingente y brusca,
pase a imaginar algún acontecimiento aversivo que a largo plazo dicho
comportamiento podría acarrear, o, de otra manera, imagine algún hecho que, aun
siendo poco probable en la realidad, resulte muy aversivo para el sujeto. Esta
técnica se suele utilizar asociada a autorreforzamiento negativo
Otra forma de llevar a cabo la
sensibilización encubierta es mediante el uso de la imaginación, únicamente
para anticipar las consecuencias aversivas que puede generar la respuesta
problema, o para hacer contingente a la misma algún acontecimiento muy aversivo
y asociarse la conducta inadecuada con algo repugnante para el sujeto. La
conducta objetivo, sin embargo, se está ejecutando en la realidad. Esta
variante de la sensibilización encubierta es utilizada ampliamente en problemas
de obesidad, para el autocontrol de la conducta de comer en exceso, o para
dejar de fumar.
-Autorreforzamiento
encubierto. Consiste en la imaginación de la conducta objeto de control y la
autoadministración de consecuencias reforzantes también de manera imaginada.
-Modelado
encubierto. Esta técnica utiliza la imaginación para presentar al sujeto un
modelo seguro, hábil y capaz, que realiza la conducta temida. El procedimiento
consiste en primer lugar en que el sujeto se imagine actuando tal y como él se
comporta habitualmente, para posteriormente pasar a imaginar cómo el modelo
realiza una actuación adecuada. Es tarea del terapeuta indicar al sujeto
aquellas características relevantes de la conducta del modelo, para que éste les
preste especial atención.
A pesar de las ventajas de las
técnicas encubiertas, somo su fácil uso en la vida diaria y la posibilidad de
ensayar el afrontamiento de situaciones problemáticas en la consulta, es
necesario tener en cuenta elproblema que presenta, la imposibilidad de
controlar la ejecución del sujeto. La inaccesibilidad que el terapeuta tiene a
la imagen que realmente se está formando el sujeto de la situación hace que la
posibilidad de corrección se debilite, por lo que puede producirse un aprendizaje
defgectuoso, con la consecuente inoperatividad de los métodos encubiertos.
AUTOINSTRUCCIONES
Se dirige específicamente a promover
el autocontrol del individuo, y consiste en aprender a utilizar una serie de
comentarios y sugerencias que controlen la realización de la tarea, de tal
manera que el sujeto los internalice y generalice, transformándose así en un
esquema cognitivo que vaya guiando su comportamiento.
Los pasos del entrenamiento
autoinstruccional son los siguientes: 1)el modelo realiza la conducta, dándose
las autoinstrucciones pertinentes en voz alta. 2)el sujeto realiza la conducta
y el modelo le da las instrucciones en voz alta.3)el sujeto realiza la conducta
y se dan las autoinstrucciones en voz alta. 4)mientras el individuo realiza la
tarea se dan las autoinstrucciones en voz baja. 5)finalmente, el sujeto realiza
la tarea con autoinstrucciones encubiertas.
Las autoinstrucciones concretas que
utilice el sujeto deberán referirse a los siguientes pasos en la resolución de
la tarea (Ruiz, 1993):1)definición del problema.2)aproximación al
problema.3)focalización de la atención.4) autorrefuerzo.5)autoverbalizaciones
para afrontar los errores.6) autoevaluación. 7)autorrefuerzo.
La importancia de las
autoinstrucciones viene determinada por el hecho de que, al ser un método que
sirve para guiar el aprendizaje, puede usarse para facilitar la puesta en
práctica del resto de las técnicas que se utilicen y, por tanto, resulta
conveniente su inclusión en cualquier programa de entrenamiento en autoocntrol.